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Cómo realizar una correcta selección de adaptógenos

De acuerdo con la Nutrióloga Certificada Alessandra Stasnopolis, el estrés afecta el cuerpo en forma benéfica por ejemplo para responder de manera rápida a situaciones como lesiones, o para protegernos en situaciones de riesgo. Sin embargo, a largo plazo el estrés puede ocasionar desórdenes mentales, inflamación crónica y falta de sueño. El estrés crónico puede provocar condiciones de salud tales como:

- Diabetes y enfermedades cardiovasculares
- Desórdenes gastrointestinales
- Problemas de sueño
- Alteraciones de la fertilidad
- Disminución de la respuesta inmune
- Condiciones que afectan la salud mental

En los últimos años los consumidores han volteado a ver los adaptógenos como una opción para controlar el estrés crónico y reducir el impacto negativo en la producción de hormonas como el cortisol o la epinefrina. En algunos casos esto tiende a denominarse como “fatiga adrenal” aunque no hay un término médico que respalde esta condición.

Los adaptógenos más populares para esta condición, incluyen:

- Ashwagandha
- Ginseng coreano
- Rhodiola rosea
- Schisandra
- Tulsi o Holy basil
- Maca
- Hongos como Reishi, Chaga, Lion’s mane, Cordyceps
- Licorice o regaliz

El acceso a los adaptógenos en el mercado

En la actualidad se pueden adquirir adaptógenos en polvo, tisanas, cápsulas, y también ya es posible encontrar alimentos que los tienen integrados en su formulación como es el caso de granolas, avena, smoothies, harinas para cocinar, café y otros productos. La forma más sencilla de incorporarlos al consumo diario es en polvo y se pueden adicionar al momento de preparar los alimentos.

Precauciones en el uso de adaptógenos.

Dado que estos productos pueden encontrarse en forma de suplementos alimenticios o en el caso de alimentos que los tienen incorporados en su formulación, es importante leer en su totalidad la lista de ingredientes para conocer la composición del producto. Adicionalmente, aquellas personas que pudieran tener condiciones de salud (por ejemplo, tiroides, sistema inmune, diabetes, problemas de hipertensión o sensibilidad a los ingredientes de la fórmula) deben evitar consumir estos productos. Por último, el consumo de este productos durante el embarazo y la lactancia se desaconseja.

En cuanto a la cantidad a consumirse, es recomendable empezar con lo que establece la etiqueta, y con solo un adaptógeno y gradualmente empezar a combinar con otros dependiendo del efecto que se busque (esto se conoce como “stacking”).



¿Qué hay de la calidad de los adaptógenos?

Es importante realizar una búsqueda adecuada de marcas de prestigio, que garanticen la calidad y pureza de sus productos. Es conveniente confirmar que la etiqueta indique que se usan extractos o polvos de la planta, y que se desglose no solo el nombre común sino también el nombre botánico (por ejemplo: polvo de raíz de Rhodiola (Rhodiola rosea)). También, es necesario conocer la cantidad de cada adáptogeno que contiene la porción (cápsula, mg de polvo, etc.), que se mencione el contenido nutrimental y el sitio donde se realiza la fabricación y acondicionado del producto. Finalmente, el hecho de que la etiqueta declare una certificación como “orgánico” o “vegano” también es un plus respecto a la calidad y la pureza del producto.