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La importancia de los rituales y las emociones
De acuerdo con el Dr. Jamie Gruman (Universidad de Gelph en Canadá), los RITUALES son actividades que incluyen por ejemplo cantar en los cumpleaños, o la celebración de una boda, pero también existen RITUALES PERSONALIZADOS que nos permiten organizar nuestros días (por ejemplo, tomar una taza de café al iniciar el día o realizar una rutina al acostarnos). Realizar este tipo de actividades tiene ventajas como ayudarnos a disfrutar más ciertas experiencias, nos dan también un sentido de control y nos ayudan a reducir la ansiedad. Adicionalmente, los rituales tienen un efecto de incrementar nuestro involucramiento en ciertas experiencias.
Uno de los aspectos que más enfatiza el Dr. Gruman es el efecto que tienen los rituales en reducir la ansiedad: esto puede ir desde encender una vela al final del día para incrementar la sensación de disfrute del tiempo libre. También, otro ritual puede ser visitar ciertos lugares que nos permitan liberar el estrés y sentirnos con mayor control, o realizar actividades como meditar para disminuir la ansiedad y potenciar nuestro desempeño.
El profesor Ted Kaptchuk (Universidad de Harvard) ha estudiado a profundidad la relación de los rituales con su efecto en el cuerpo, y encontró que estos tienen un efecto sanador pues, entre otros aspectos, estimulan la producción de neurotransmisores y pueden afectar la respuesta inmune del cuerpo.
¿Qué rituales podemos incorporar en nuestra vida diaria?
Existe una diferencia entre los rituales y las rutinas, y acorde con Lucy Gower (creadora del blog Lucidity) las rutinas son tareas que se deben completar en cierto orden, y los rituales tienen un componente de intencionalidad, y son prácticas con significado que nos motivan internamente. Un ritual diario nos puede dar energía, y al mismo tiempo aportarnos eficiencia y estructura.
A continuación y con base en el enfoque de Lucy Gower, se mencionan algunas rutinas que con el componente de intencionalidad pueden transformarse en rituales.
1. Tomar café al despertar y meditar, lo cual puede tener un componente de intencionalidad si se usa una taza bonita y se prepara café de buena calidad.
2. Realizar estiramientos al despertarnos, lo cual tiene un efecto en la postura y la flexibilidad.
3. Preparar el desayuno, y tener presente el enfoque de nutrirnos.
4. Hacer ejercicio, esto inclusive puede convertirse en un ritual si incorporamos por ejemplo pasear a nuestra mascota ya que tiene un componente de intencionalidad.
5. Realizar la compra de la despensa, que puede transformarse en un ritual al tener en mente que esto involucra nutrirnos o nutrir a nuestra familia.
6. Hidratarnos, ya sea con agua o infusiones herbales.
7. Lleva un diario de gratitud y escribir unas líneas al final del día.
8. Ritual nocturno (30 min antes de ir a dormir): que puede incluir tomar un baño, usar una pijama confortable, tomar una infusión de manzanilla (o alguna bebida relajante como moon milk).